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Arquitectura y arquitectos, reinventándose para combatir la crisis

Publicado por: Cintia Bermejo
Fecha de publicación: marzo 18, 2017

Cuando el sector de la construcción se vino abajo, muchas otras actividades y subsectores que ‘bebían’ del primero también cayeron en el hoyo. Un gremio que se ha visto especialmente afectado por la situación económica y la debacle del ladrillo ha sido el de los arquitectos. Estudios de arquitecturas y el mundo de la arquitectura en general están pasando por una difícil situación: se cierran despachos, personas son despedidas, proyectos que quedan estancados ante la falta de financiación

Ante tal situación, toca renovarse, reinventarse, para no quedarse descolgados del tejido económico y empresarial. Muchos gabinetes de arquitectura están optando por especializarse en determinados nichos de mercado. Por ejemplo, están los que se han decidido por las reformas, por gestionar obras en viviendas y casas particulares. Otros se han abierto a Internet, al ciberespacio, ofreciendo consultoría y asesoramiento online. También están los que han decidido marcharse al extranjero.

En los centros y escuelas técnicas de arquitectura no son ajenas a esta realidad, y por ello están incentivando entre sus alumnos el poder ampliar formación para poder después conseguir mejor experiencia laboral y así desarrollar una carrera profesional adecuada a su cualificación. Un ejemplo de ello es la Escola Técnica Superior d’Arquitectura de la URV en Reus, que ha agrupado varias asignaturas optativas para ofrecer mejores conocimientos en parcelas muy específicas: el área tecnológica, el área de urbanismo y ordenación del territorio y el área de patrimonio arquitectónico y la especialización turística.

Como se puede ver, el camino de la especialización en arquitectura transcurre hacia nuevas profesiones dentro del propio sector inmobiliario, del ámbito de la construcción. Se van a ver así en los próximos años especialistas en cálculo de estructuras, de instalaciones propias del edificio, rehabilitación de edificios antiguos, planeamiento urbanístico y patrimonio, etc. Es evidente que, como reseñábamos al comienzo, hay que buscar nuevas vías para seguir siendo útiles y necesarios. El futuro de la arquitectura no es fácil pero sí posible.

Entre los más pequeños también se está intentando incentivar el gusto por la arquitectura. Un ejemplo de ello es la iniciativa que se puso en marcha hace unos meses en el Espai d’Art Contemporani de Castelló, con unas jornadas para niños. A estos se les enseñó en qué consiste el trabajo de los arquitectos y fue una estupenda toma de contacto de los más pequeños con esta fascinante profesión. Quién sabe, ¡igual Cataluña está haciendo buena cantera de profesionales para un futuro glorioso de este sector!